En los últimos tiempos las lluvias dejaron de sentirse como una bendición, para tornarse una preocupación. Los ríos incrementaron su nivel al extremo de comenzar a tragarse pueblos enteros. Miles de familias quedaron damnificadas. Otras salieron a protestar exigiendo maderas para sus puentes. El caos se apoderó de la desesperación, en medio de autoridades aturdidas por la emergencia.
El investigador Luis Campos Baca, advirtió que esta situación irá empeorando con el correr del tiempo, a causa del alto nivel de deforestación en las cabeceras de las cuencas de los ríos.
“Los árboles funcionan como una esponja que absorben hasta mil litros de agua, con la deforestación se está rompiendo ese ciclo, generando corrientillas que provocan los fuertes desbordes de los ríos. Esto seguirá empeorando y afectando a la población”, mencionó.
Luis Campos – que acaba asumir la presidencia del Instituto de Investigaciones de la Amazonía
Peruana – explicó que el calentamiento de las aguas superficiales del Océano Atlántico más el Fenómeno del Niño, ubican a la amazonía en una zona crítica por las fuertes lluvias que se generan por estas alteraciones climáticas.
El jefe de Senamhi Loreto, Marco Paredes, alertó de otra anomalía: el crecimiento del río Napo, que tiene su naciente en el Ecuador y debería encontrarse en vaciante, pero en los últimos días alcanzó el nivel de alerta roja. Toda una locura ambiental.
“Es totalmente anormal. Se están presentando lluvias en las partes altas desde hace varios meses, ocasionando el incremento de su caudal. Y las nubes continúan su desplazamiento hacia esa cuenca. Lo mismo está ocurriendo en los ríos Pastaza y Morona”, sostuvo preocupado el especialista en meteorología.
“La amazonía va colapsar si no se toman acciones desde estos momentos. Esto no es un juego”, vaticinó y exhortó Campos.
Mencionó que lo ocurrido en la carretera Iquitos – Nauta fue el resultado de la deforestación en las cabeceras de las quebradas que discurren junto a la carretera.
“Cuando existe un problema de deforestación se afecta todo el ecosistema, porque no hay las esponjas (los árboles) y el agua arrastra lodo hacia el río, lo contamina y los peces migran o mueren. Esto ya está ocurriendo”, reiteró el investigador.
Pero el apocalipsis ambiental amazónico no necesariamente se trataría de lluvias y desbordes. Dentro de unos años la amazonía podría terminar convertida en una sabana afectada por una gran sequía.
Loreto es la región más extensa del Perú, es más grande que el Ecuador, alberga una de las mayores diversidades de especies peces, aves y vegetación. Pero todo eso podría terminar reducido a un simple pedazo de tierra amazónica sin bosque y sin ríos.
Fuente: Diario Ahora (Escribe: Pedro ParVel)
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