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Sunday, 14 September 2014

Un viaje al interior de la selva


Nuestro punto de partida es la laguna de Yarinacocha, Aquiles nuestro guía ya tenía todo listo para el viaje, el bote estaba provisto de agua, alimento, colchonetas, botas de jebe, machetes, mosquiteros y también de un paquete de mapachos que Aquiles lleva de obsequio para sus amigos de la selva.

Navegando por la laguna una bandada de garza y cushuris nos observan y cerca unos curiosos bufeos rodean nuestro bote saltando y observándonos como nosotros a ellos.

Pasando por las comunidades de San Francisco y Santa Clara llegamos al final de laguna para adentrarnos al canal que nos llevara al rio Ucayali y seguir nuestra ruta por el rio Utiquinia.

Casi después de 6 horas de viaje, llegamos a nuestro primera parada, aquí instalamos nuestro
campamento, luego de un deliciosa cena a base de pirañas nos alistamos para una exploración nocturna de observación caimanes. Remo y linterna a mano nuestro guía Aquiles nos conduce al habitad de estos increíbles y temerosos animales, Aquiles comienza a imitar el sonido que hacen los caimanes y ellos les responden como si estuvieran conversando, la cantidad de ojos rojos se divisan mientras alumbramos con la linterna , nuestro guía nos indica que ellos son aun pequeños caimanes, con un rápido movimiento Aquiles tenia uno entre sus manos, era de aproximadamente unos ochenta centímetros y tenía una fuerza que se resistía ser atrapado, luego de apreciarlo procedimos a devolverlo al rio.

La primera noche en el medio de la nada, durmiendo sobre en el piso, bajo de mi mosquitero me pongo a escuchar los sonidos de la selva. Me parece que las ranas son las dueñas de la noche.

En la selva uno se despierta temprano, después del desayuno nos alistamos ya que el camino de hoy es para un sendero muy largo, mientras caminamos pregunto a Aquiles si me puede mostrarla uña de gato, cuando la encontramos, después de cortarla me pongo a tomar el agua, es difícil describir lo que tiene la selva, una inmensa variedad de árboles y plantas medicinales, insectos de todo tipo, muchas aves, osos perezosos y hasta una serpiente se nos cruza en el camino.

Llegamos a una laguna y todos nos ponemos a pescar, hoy nuestro menú estará surtido ya que la pesca estuvo muy buena, después de la cena decidimos hacer una pequeña caminata nocturna y en verdad la selva nunca duerme, una lechuza observaba nuestros movimientos, miles de hormigas trabajaban, arañas que construían sus trampas. 

A la mañana siguiente nos alistamos para el retorno a casa, pero antes de despedirnos Aquiles dejo varios mapachos en agradecimiento a la selva por la aventura.


Amazon Green Ecolodge


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